El rodillo de entrenamiento de bicis para simular las etapas míticas del Tour











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Entra en http://one.elpais.com • Suscríbete a nuestro canal de youtube: http://bit.ly/1JHCOQ1 • Síguenos en Facebook:   / elfuturoesone   • Síguenos en Twitter:   / elfuturoesone   • A pesar de la larga sombra del dopaje, de los tramposos que a punto estuvieron de firmar la defunción del ciclismo para siempre, de las dudas infundadas o ciertas que persiguen a los grandes campeones, nadie puede negar que el Tour de Francia ha dejado para la posteridad alguna de las historias más hermosas y de las imágenes más emocionantes de la historia del deporte. Cualquier amante de la competición atlética sigue vibrando al recordar a Pedro Delgado demarrando camino del Alpe D'Huez para conseguir su única victoria en la carrera francesa en 1988; cómo no identificarse con la mirada perdida del derrotado Laurent Fignon un año después, cuando perdió con Greg Lemond el Tour en los mismos Campos Elíseos, en su casa, por unos miserables ocho segundos. Eran los mayores tiempos de gloria del ciclismo, convertido en espectáculo total gracias a la televisión. Un elogio al esfuerzo, las piernas fibrosas y la mentalidad empecinada de unos tipos capaces de devorar centenares de kilómetros sobre la bicicleta, con temperaturas extremas y superando desniveles aterradores. Luego vendría Miguel Induráin y su aparentemente sencillo dominio de la situación y el ogro Lance Armstrong con sus siete victorias consecutivas (y efímeras) en el Tour, un ciclista que parecía sobrehumano hasta que se demostró que, efectivamente, su rendimiento estaba por encima de las capacidades físicas y legales del resto de corredores. • Pero a pesar de las sospechas y los malos tragos, el ciclismo es tan hermoso que seguirá conquistando aficionados. Miles de ciclistas, profesionales y amateurs, ascienden cada año las 21 curvas del Alpe D´Huez soñando que son Marco Pantani o Joseba Beloki. Y a todos ellos les haría especial ilusión instalar en su casa un simulador tan realista como BKool, una idea española que puede conseguir que cualquiera sienta que está compitiendo por enfundarse la maglia rosa del Giro de Italia. El sistema BKool consiste en un rodillo inteligente sobre el que se fija la rueda trasera de la bicicleta, conectado de forma inalámbrica con el software de simulación. Lo interesante de la propuesta es que el rodillo reproduce las condiciones de rodaje que se ven en la pantalla (resistencia del aire, tipo de suelo, pendiente, etcétera), con lo que el pedaleo y el esfuerzo del usuario deben adaptarse a la ruta elegida. • Pero, sin duda, la característica que marca la diferencia respecto a otros simuladores es la posibilidad de grabar tus propios recorridos y subirlos a la plataforma de BKool para compartirlos con la comunidad. Y, lo que es todavía mejor, rodar junto a otros usuarios como si estuvieras de verdad en la carretera. Una atractiva opción que permitirá a los ciclistas repetir de forma virtual la frase que, como cuentan las leyendas del Tour, le dijo Luis Ocaña a José Manuel Fuente en una etapa histórica en Los Alpes antes de hacerle dar pedales hasta reventar: “Sígueme si puedes”. • Entrevista y edición: Malu Barnuevo, Juanlu Ocampos, Georghe Karja • Texto: José L. Álvarez Cedena • #VodafoneOne

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