Lectio divina de hoy jueves 31 de octubre de 2024
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Los fariseos que simpatizaban con Jesús le aconsejan que se aleje, porque Herodes Antipas quiere matarlo. Ante la amenaza de muerte, Jesús revela que su misión no depende de la voluntad de los gobernantes, sino del plan salvador que Dios le ha fijado y que él su enviado, tiene que completar (13,32), Jesús no piensa dejar de luchar contra el poder del mal por las amenazas de Herodes su obediencia al Padre está por sobre todo conflicto y persecución. La expresión «hoy, mañana y pasado mañana» (13,33) no pretende fijar una fecha, sino indicar un tiempo futuro indeterminado. Porque los padecimientos de los profetas prefiguraron la pasión de Cristo (13,34) y, aunque no conste que todos los profetas hayan sido asesinados y que hayan sido ultimados en Jerusalén, Jesús sigue la opinión de la gente (13,33; Hch 7,52) y afirma que él también deberá ir a Jerusalén para morir. Como Jesús, su discípulo no puede ceder a las corrientes de presión, por más fuertes que sean, separándose de la vocación que Dios le regaló, la tiene que completar hasta el final, esforzándose muchas veces por transitar por la puerta angosta (Lc 13,24). Después de la alusión a la muerte de los profetas en Jerusalén (13,33), Lucas introduce estas palabras de Jesús que corresponden a un lamento al estilo de los profetas por el trágico destino de Jerusalén (19,43-44). En este lamento, Jesús insiste en el desamparo en que queda el que se niega a aceptar el amor de Dios, que hace posible la conversión de la vida. «Jerusalén, Jerusalén» en la boca de Jesús (13,34) representa al pueblo que habita en ella, figura de todos los que se cierran a la Palabra de Dios que los enviados transmiten en nombre del Señor (13,35). Los que viven en Jerusalén se niegan a aceptar el gesto cariñoso de Dios, que se compara al de una gallina cuando reúne a sus pollitos bajo sus alas para cubrirlos y protegerlos (Dt 32,11; Sal 17,8). Como consecuencia de su obstinación, «la casa de ustedes» (Lc 13,35), es decir, el Templo de Jerusalén, quedará abandonado a su propia suerte y será destruido. También las casas de Jerusalén quedarán abandonadas, porque la ciudad será arrasada y sus habitantes, dispersados, lo que ocurrió el año 70 d. C. a manos de los romanos. Jerusalén solo podrá ver al Mesías cuando lo reciba como un enviado que viene en nombre de Dios (19,38); pero aun así matará al último y definitivo enviado del Señor, su propio Hijo (20, 13-15). No obstante, Jerusalén será la ciudad desde la que se difunda la palabra del Señor (Is 2,3; Hch 1,8) y de la que saldrán sus enviados para anunciar que aquel que ha sido rechazado, ha resucitado, venciendo el mal y la muerte (Lc 24,46-47). • #Radio-María • #P.Munilla • #palabradivina • #lecturadiaria • #lecturasdeldia • #lectiodivina • #versiculo • #biblia • Si piensas que mi canal te ha sido de provecho y estás en condiciones de apoyarme, puedes hacerlo por medio de PAYPAL • [email protected] • Gracias.
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